“Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo”Blas Pascal

viernes, 4 de noviembre de 2011

Para Pensar


Juan el Tonto

Había una vez un tonto llamado Juan, quien aparentaba creer todo lo que le decían, aunque fueran las mentiras más grandes del mundo. Tenía ese tonto por patrón a un hombre muy bromista. En cierta ocasión, y como deseaba reírse de su peón, lo invitó para que fuera a su casa, donde comerían juntos, pues le dijo que había carneado un chancho.
Juan fue, y en lo que estaban asando unos chorizos, el patrón le dice al tonto:
-Juan, ¿cómo se llama esto? (señalando los pantalones).
-Pantalones.
-No tonto, esto se llama garabalata – responde el patrón.
-Garabalata –dice Juan, y se calla.
Al rato le pregunta, señalando las alpargatas:
-Juan, ¿cómo se llama esto?
-Alpargatas -dice el tonto.
-No hombre, eso se llama chirimique –dice el patrón.
-Chirimique –repite Juan.
Luego, señalando un gato, el patrón le pregunta:
-¿Y aquello cómo se llama?
-Gato.
-No, se llama ave que caza ratas –corrige el patró.
-¡Oh!, ¡ave que caza ratas!
-Así es, y esto (señalando el fuego) ¿cómo se llama?
-Fuego – replica Juan.
-No, se llama alumbrancia.
-Alumbrancia –repite Juan.
No contento con esto, el patrón continúa haciendo preguntas a su peón y corrigiendo todo lo que éste dice. Le pregunta de nuevo, indicando un balde con agua que había allí:
-¿Y esto, cómo se llama?
-Agua.
-No hombre, se llama clarancia.
-¡Ah, clarancia.
Permanecieron callados un rato, y el patrón que se había propuesto hacer enojar al tonto, sin conseguirlo, continuó con su bromas diciéndole:
-Oye, Juan, ¿cómo se llama esto? (señalando un inmenso trigal).
-Trigo.
-No, eso se llama bitoque –informa el patrón.
-Bitoque, repite Juan.
-¿Y eso?
-Burro –contesta Juan.
-No hombre, eso se llama filitroque.
-¡Ah! Filitroque.
Por último señalando unos chorizos, el patrón pregunta:
-¿Cómo se llama esto?
-Chorizos.
-No, tonto, eso se llama filitraca –corrige el patrón.
-¡Ah! filitraca.
Al cabo un momento de permanecer callado, el patrón da las buenas noches a Juan y se retira a dormir, riéndose de las tonterías que le había dicho a su peón; éste piensa en vengarse del bromista.
Quedó Juan sentado junto al fuego, meditando, cuando al cabo de un rato cayó una enorme brasa en el lomo de un gato que dormía al lado del fuego; el gato, al sentir que se le quemaba el lomo, salió corriendo en dirección al trigal. Juan todo asustado al ver que comenzaba a incendiarse el trigo, grito a su patrón:
-Patrón, póngase los chirimiques y también las garabalatas, que el ave que caza ratas se ha vestido con alumbrancia, y si no viene con clarancia se le quema el bitoque. Yo me voy en filitroque y me llevo la filitraca.
El tonto aprovechó la ocasión para llevarse todos los chorizos y huyó montado en el burro. Cuando el patrón salió, ya el trigal estaba invadido por las llamas.


Moraleja: No debemos desestimar a nuestro projimo,ni burlarnos de el ya que Dios de la misma forma que hizo hablar una burra puede sucitar sabios de las piedras contal de castigar a los soberbios...

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