“Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo”Blas Pascal

lunes, 3 de octubre de 2011

Santoral


03 de Octubre
San Francisco de Borja Año 1572
Señor: que como tu amigo Francisco de Borja sepamos dominar el cuerpo y el orgullo
y dedicarnos con todas nuestras fuerzas y cualidades a obtener
que las gentes te amen más y te sirvan mejor. Amén.
 Domino mi cuerpo para no ser descalificado en el día final (San Pablo).



San Francisco de BorjaLa familia española Borja o Borgia se hizo célebre cuando Alfonso Borgia fue elegido papa con el nombre de Calixto III y luego cuando otro Borgia fue nombrado Pontífice y se llamó Alejandro VI. Este Borgia antes de ser Pontífice había tenido cuatro hijos, y uno de ellos fue el padre de nuestro santo.Francisco de Borja era nieto del Papa Alejandro VI por parte del padre; nieto del rey Fernando de Aragón por parte de la madre, primo del emperador Carlos Quinto e hijo del Duque de Gandía.
En su familia se preocuparon porque el joven recibiera la mejor educación posible y fue enviado a la corte del emperador para que allí aprendiera el arte de gobernar. Esto le fue de gran utilidad para los cargos que tuvo que desempeñar más tarde.
Contrajo matrimonio con Leonor de Castro, una joven de la corte del emperador y tuvo seis hijos. Su matrimonio duró 17 años y fue un modelo de armonía y de fidelidad.
El emperador Carlos V lo nombró virrey de Cataluña (con capital Barcelona) región que estaba en gran desorden y con muchas pandillas de asaltantes. Francisco puso orden prontamente y demostró tener grandes cualidades para gobernar. Más tarde cuando sea Superior General de los jesuitas dirá: "El haber sido gobernador de Cataluña me fue muy útil porque allá aprendí a tomar decisiones importantes, a hacer de mediador entre los que se atacan, y a ver los asuntos desde los dos puntos de vista, el del que ataca y el del que es atacado".
La reina de España era especialmente hermosa, pero murió en plena juventud, y Francisco fue encargado de hacer llevar su cadáver hasta la ciudad donde iba a ser sepultada. Este viaje duró varios días, y al llegar al sitio de su destino, abrieron el ataúd para constatar que sí era ese el cadáver de la reina. Pero en aquel momento el rostro de la difunta apareció tan descompuesto y maloliente, por la putrefacción que Francisco se conmovió hasta el fondo de su alma, y se propuso firmemente: "Ya nunca más me dedicaré a servir a jefes que se me van a morir". En adelante se propone dedicarse a servir únicamente a Cristo Jesús que vive para siempre.
La gente empezó a notar que la vida y el comportamiento del virrey Francisco cambiaban de manera sorprendente. Ya no le interesaban las fiestas mundanas, sino los actos religiosos. Ya no iba a cacerías y a bailes, sino a visitar pobres y a charlar con religiosos y sacerdotes. Un obispo escribía de él en ese tiempo: "Don Francisco es modelo de gobernantes y un caballero admirable. Es un hombre verdaderamente humilde y sumamente bondadoso. Un hombre de Dios en todo el sentido de la palabra. Educa a sus hijos con un esmero extraordinario y se preocupa mucho por el bienestar de sus empleados. Nada le agrada tanto como la compañía de sacerdotes y religiosos". Algunos criticaban diciendo que un gobernador no debería ser tan piadoso, pero la mayor parte de las personas estaban muy contentas al verlo tan fervoroso y lleno de sus virtudes.
En 1546 murió su santa esposa, la señora Leonor. Desde entonces ya Francisco no pensó sino en hacerse religioso y sacerdote. Escribió a San Ignacio de Loyola pidiéndole que lo admitiera como jesuita. El santo le respondió que sí lo admitiría, pero que antes se dedicara a terminar la educación de sus hijos y que aprovechara este tiempo para asistir a la universidad y obtener el grado en teología. Así lo hizo puntualmente (San Ignacio le escribió recomendándole que no le contara a la gente semejante noticia tan inesperada, "porque el mundo no tiene orejas para oír tal estruendo").
En 1551, después de dejar a sus hijos en buenas posiciones y herederos de sus muchos bienes, fue ordenado como sacerdote, religioso jesuita. Esa fue "la noticia del año" y de la época, que el Duque de Gandía y gobernador de Barcelona lo dejaba todo, y se iba de religioso, y era ordenado sacerdote. El gentío que asistió a su primera misa fue tan extraordinario que tuvo que celebrarla en una plaza.
En 1554 fue nombrado por San Ignacio como superior de los jesuitas en España. Dicen que él fue propiamente el propagador de dicha comunidad en esas tierras. Con sus cualidades de mando organizó muy sabiamente a sus religiosos y empezó a enviar misioneros a América. El número de casas de su congregación creció admirablemente.
Lo primero que se propuso fue dominar su cuerpo por medio de fuertes sacrificios en el comer y beber y en el descanso. Era gordo y robusto y llegó a adelgazar de manera impresionante. Al final de su vida dirá que al principio de su vida religiosa y de su sacerdocio exageró demasiado sus mortificaciones y que llegaron a debilitar su salud.
Otro de sus grandes sacrificios consistió en dominar su orgullo. Los primeros años de su vida religiosa los superiores lo humillaron más de lo ordinario, para probar si en verdad tenía vocación. A él, que había sido Duque y gobernador, le asignaron en la comunidad el oficio de ayudante del cocinero, y su oficio consistía en acarrear el agua y la leña, en encender la estufa y barrer la cocina. Cuando se le partía algún plato o cometía algún error al servir en el comedor, tenía que pedir perdón públicamente de rodillas, delante de todos. Y jamás se le oyó una voz de queja o protesta. Sabía que si no dominaba su orgullo nunca llegaría a la santidad.
Una vez el médico le dijo al hacerle una curación dolorosa: "Lo que siento es que a su excelencia esto le va a doler". Y él respondió: "Lo que yo siente es que usted le diga excelencia a semejante pecador".
Cuando la gente lo aplaudía o hablaba muy bien de él, se estremecía de temor. Un día afirmaba: "Soy tan pecador, que el único sitio que me merezco es el infierno". A otro le decía: "Busqué un puesto propio para mí en la Biblia, y vi que el único que me atrevería a ocupar sería a los pies de Judas el traidor. Pero no lo pude ocupar, porque allí estaba Jesús lavándole los pies". Así de humildes son los santos.
Al morir San Ignacio lo reemplazó el Padre Laínez. Y al morir éste, los jesuitas nombraron como Superior General a San Francisco de Borja. Durante los siete años que ocupó este altísimo cargo se dedicó con tan grande actividad a su oficio, que ha sido llamado por algunos, "el segundo fundador de los jesuitas". Por todas partes aparecieron casas y obras de su comunidad, y mandó misioneros a los más diversos países del mundo. El Papa y los Cardenales lo querían muchísimo y sentían por él una gran admiración. Organizó muy sabiamente los noviciados para sus religiosos y con su experiencia de gobernante dio a la Compañía de Jesús una organización admirable.
El Sumo Pontífice envió un embajador a España y Portugal a arreglar asuntos muy difíciles y mandó a San Francisco que lo acompañara. La embajada fue un fracaso, pero por todas partes las gentes lo aclamaron como "el santo Duque" y sus sermones producían muchas conversiones.
Al volver a Roma se sintió muy debilitado. Se había esforzado casi en exceso por cumplir sus deberes y se había desgastado totalmente. Y el 30 de septiembre de 1572 entregó su alma al Creador. Uno de los que trataron con él exclamó al saber la noticia de su muerte: "Este fue uno de los hombres más buenos, más amables y más notables que han pisado nuestro pobre mundo".





Autor: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Gerardo de Brogne, Santo
Abad, Octubre 3
 
Gerardo de Brogne, Santo
Gerardo de Brogne, Santo

Abad

Martirologio Romano: En la región de Namur, en Lotaringia, san Gerardo, primer abad del monasterio de Brogne, que él mismo había fundado. Trabajó para instaurar la disciplina monástica en Flandes y Lotaringia, y ayudó a muchos monasterios a recuperar la observancia primitiva (959).

El ejemplarísimo abad san Gerardo, fue hijo de Estancio, varón ilustre de la casa de Haganón, duque de la Austrasia inferior, y de Plectrudis, hermana de Esteban, obispo de Lieja.

Hiciéronle seguir sus padres desde muy joven la carrera de las armas, propia a la sazón de mancebos nobles, y le enviaron a la corte de Berengario conde de Namur; donde resplandeció así por la modestia de sus costumbres, como por la discreción de sus palabras y natural elegancia de su persona.

Cobróle tanto amor el conde, que le llevó a su casa, y se servía de él para muchas cosas de importancia, y así le envió a Francia por su embajador para tratar con el príncipe Roberto un negocio grave que se le ofrecía. Luego que llegó a París, dejando allí sus criados, se fue solo al monasterio de san Dionisio para retirarse en él algunos días; y quedó tan edificado de la virtud de los monjes, y tan aficionado al sosiego y felicidad de la vida religiosa, que determinó dar libelo de repudio a todas las cosas de la tierra, para recogerse a servir a Dios en aquel monasterio.

Trató los negocios a que iba, y volviendo a dar cuenta de ellos al conde Berengario, suplicóle que le diese licencia pata profesar en dicho monasterio: y aunque con mucha dificultad y tristeza del conde, obtuvo su beneplácito. Vistióse pues el hábito de san Benito, y desde luego fue espejo de toda santidad y virtud.

Allí comenzó a estudiar desde las primeras letras como niño, y aprovechó tanto en las humanas y después en las divinas, que a los nueve años de su conversión se ordenó de sacerdote con grande gozo de su espíritu, y aprovechamiento de los otros monjes, de los cuales era tenido en gran veneración. Fue el primer abad del célebre monasterio de Broñá, a cuya iglesia trasladó con gran solemnidad muchas reliquias de santos cuerpos.

Un día vino al monasterio una mujer ciega y pidió que le diesen del agua con que el santo diciendo misa se había lavado los dedos: lavóse con ella los ojos, y luego cobró la vista. Habiendo recibido el marqués Arnulfo, señor de Flandes, de mano del santo la Comunión, se vio enteramente libre de un mal de piedra que le fatigaba mucho, encomendóle el gobierno de todas las abadías que tenía en su estado, y el santo las reformó, y tuvo cargo de diez y ocho monasterios, en los cuales floreció la más perfecta observancia religiosa. Finalmente recogido en su pobre monasterio de Bro ñá, y cargado de días y merecimientos, dio su espíritu al Señor, el cual le ilustró con muchos milagros.

REFLEXIÓN

Siempre han sido las órdenes religiosas semillero de santos, y la vida ejemplar de sus miembros poderoso aliciente para atraer las almas a la virtud. Si no tienes valor, oh cristiano, para despojarte, a imitación de san Gerardo, de las cosas de la tierra (que tarde o temprano te ha de arrebatar la muerte), tenlo al menos para dejarlas con el afecto, poniendo tu principal cuidado en amar y servir a Dios solamente y a todas las de más cosas sólo en Él y por Él. Porque ¿de qué nos aprovechará ganar todo el mundo, si perdemos el alma? Esta máxima bien ponderada hizo de un Javier un apóstol: ésta ha poblado el cielo de santos y ésta debe ser la única norma de todas nuestras acciones. ¡Dichoso quien se guía por ella, pues tiene asegurada su eterna salvación, único negocio para el cual estamos en este mundo, y que nos ha de preocupar seriamente! 

Autor: P. Felipe Santos
Juliano de Palermo, Beato
Monje, Octubre 3
 
Juliano de Palermo, Beato
Juliano de Palermo, Beato

Monje del siglo XV

Etimología: Juliano = de cabellera abundante y rizada. Viene de la lengua griega.

Juliano fue un monje en el siglo XV. La historia de este beato nos lleva a Sicilia sumida en guerras, en rebeliones y con muchos prisioneros.

El intentó, en medio de tantas dificultades, sembrar la paz y la concordia entre todos.

Y en esta caso, la regla de la paciencia serena fue para él y para los demás la mejor arma de combate.

Fue el primero en lamentarse de los lentos procesos judiciales. El, que era un benedictino de Palermo dela mitad de 1400, luchó con todo el arrojo y la fuerza que salían de corazón lleno de esperanza.

No se quedaba quieto. El apóstol encuentra en la oración la energía necesaria para cumplir con su misión.

Tuvo que enviar cinco delegaciones para tratar la paz con el Sultán de Túnez. El motivo centra era la devolución de los prisioneros cristianos.
El mismo había ido en 1438 y 1452 enviado por el rey de Aragón, Alfonso el Magnánimo.

Logró que las relaciones entre musulmanes y cristianos fueran cordiales.

Era una persona cualificada para este menester..

Había nacido en Palermo y se hizo benedictino porque anhelaba una vida de contemplación y de soledad.

Hizo un hospital con criterios modernos. Tuvo, más tarde, que representar al rey en el parlamento de Palermo. Cuando podía, iba al santuario de Romitello para hacer oración y penitencia. Aquí le vino la muerte en la paz de Dios.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Autor: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Dionisio el Areopagita, Santo
Discípulo de San Pablo, Octubre 3
 
Dionisio el Areopagita, Santo
Dionisio el Areopagita, Santo

Discípulo de San Pablo

Martirologio RomanoConmemoración de san Dionisio Areopagita, que se adhirió a Cristo al escuchar al apóstol san Pablo hablando ante el Areópago, y fue primer obispo de Atenas (s. I).

Después del discurso de San Pablo en el Areópago de Atenas, muchos se convirtieron al cristianismo. en los "Hechos de los Apóstoles" (17, 34), se nombra a un tal "Dionisio el Areopagita" convertido por San Pablo con su discurso en el Areópago. Al parecer era miembro del tribunal, y por lo tanto, de la aristocracia ateniense. Y dicen los Hechos, que se convirtió Dionisio el Areopagita "y una mujer llamada Dámaris", según una tradición atribuida a San Juan Crisóstomo, ésta sería la esposa de Dionisio, pero es una suposición sin prueba alguna. En el Martirologio Santa Dámaris figura como Virgen.

Según un escrito posterior, Dionisio y el sofista Apollofanes habrían visto el eclipse del sol el día de la crucifixión y según De divinis nominibus (III, 2) Dionisio habría asistido a la Dormición de la Santísima Virgen.

En una carta de Dionisio, obispo de Corinto, contemporáneo del Papa Sotero, escrita a los atenienses antes de 175, se dice que Dionisio el Areopagita, murió como primer obispo de Atenas.

Una leyenda tardía lo ha confundido con el primer obispo de París, martirizado alrededor de 270. Tal identificación la encontramos en el Martirologio y en el Breviario Romano, el 9 de octubre. Pero en el Vetus Romanum Martyrologium, los dos Dionisios se distinguen claramente uno del otro; el 3 de octubre, en efecto, se lee: "Athenis, Dionysii Areopagitae, sub Adriano diversis tormentis passi, ut Aristides testis est in opere quod de Christiana religione composuit; y el 9 de octubre: "Parisiis Dionysii episcopi cum sociis suis a Fescennino cum gladio animadversi" (PL, CXXIII, col. 171).

La Crónica que lleva el nombre de Lucius Dexter identifica a San Dionisio de París con Dionisio el Areopagita, pero comúnmente se niega la autenticidad de este escrito. El primero que identificó a los dos Dionisios fue Hilduinus, abad de San Dionisio (m. 840), en la "Vita S. Dionysii".

Bajo el nombre de Dionisio el Areopagita, está sitado un escrito, que probablemente un monje siríaco promovido al episcopado, compuso entre 480 y 530 y que obtuvo gran difusión y ejerció gran influencia durante todo el Medioevo: De coelesti hierarchia; De mystica theologia; De ecclesiastica hierarchia; De divinis nominibus, y diez epístolas. Estos textos son mencionados actualmente como escritos por Pseudo Dionisio el Areopagita.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su tiempo al comentar.Dios lo Bendiga